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Conversación entre padre y hijo

Este cuento con moraleja va sobre la conversación entre padre y hijo,

Llegada la noche

Un padre estaba terminando algo de trabajo en casa y su hijo se acercó y le preguntó:

El Padre algo molesto le respondió

“Eso no es de tu incumbencia. ¿Por qué me preguntas eso?”, con lo que el hijo le respondió,“Sólo es por saber. Por favor, dime, ¿a cuánto cobras la hora?” Al final, el padre le respondió “cobro 7,5€ por hora “.

“Oh, vaya”, respondió el niño, con la cabeza hacia abajo. Mirando hacia arriba, le dijo: “Papá, ¿puedes prestarme 3€? «El padre furioso le respondió,“si la única razón por la que preguntas acerca de mi sueldo es para que puedas pedirme dinero para comprarte algun juguete o chuches, ya puedes irte a tu habitación e ir a la cama y piensa por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo duro todos los días y no me gusta este comportamiento que tienes».

El niño se fue silenciosamente a su habitación y cerró la puerta.

El hombre se sentó de nuevo y empezó a mosquearse sobre las preguntas de su hijo. Cómo se atreve a hacerme esas preguntas sólo para conseguir algo de dinero?

Al cabo de una hora o así, el hombre se calmó y empezó a pensar: “Tal vez había algo que realmente necesitaba para comprar con ese dinero y en en verdad no me pide dinero muy a menudo!” El hombre fue a la puerta de la habitación del niño pequeño y abrió la puerta.

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El niño se enderezó, sonriendo “Oh, gracias, papá!” Gritó. Entonces, metiendo la mano debajo de la almohada sacó algo de dinero que tenia guardado. El padre, al ver que el chico ya tenía dinero, empezó a mosquearse de nuevo. El niño contó lentamente su dinero y luego miró a su padre.

El padre se quedó mudo.

Moraleja: Es sólo un breve recordatorio para todos los que trabajamos duro en la vida! No hay que dejar pasar el tiempo sin haber pasado algún tiempo con aquellos que realmente les importamos, las personas más cercanas a nuestros corazones. Si morimos mañana, la empresa para la que estamos trabajando nos puede reemplazar en cuestión de días. Pero la familia y los amigos que dejamos atrás sentirán nuestra pérdida para el resto de sus vidas. Y ahora que lo pienso, dedicamos más tiempo al trabajo que a nuestra familia.

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