La dieta es uno de los aspectos más importantes de la vida diaria de todas las personas, siendo recomendable que esta juegue un papel central en la rutina de las mismas con el fin de poder disponer de una alimentación lo más correcta posible para comer sano y en família. Con una clara repercusión en el estado físico y de salud en general de los individuos, es evidente que no es un asunto que haya que tomar a la ligera.
Pero si bien es cierto que el cuidado en la alimentación ha de ponerse en todas las fases de la vida, adquiere una importancia aún mayor cuando se tienen hijos. Es entonces cuando la preocupación por los alimentos que se ingieren ha de ser mayor y llevarse a cabo siempre con la intencionalidad requerida para que la dieta de los mismos sea la adecuada para cada caso concreto.
Esto, sin embargo, no siempre es tan sencillo como pudiera parecer en un primer momento. El proceso de conseguir una correcta alimentación puede llevar a muchos quebraderos de cabeza, y para que no sea así uno ha de contar con los recursos y estrategias necesarios.
Hacer de ello un proceso divertido
Entre los niños es común percibir la alimentación en muchas ocasiones como una obligación o una tarea aburrida y poco estimulante, algo que puede resultar en problemas de alimentación o problemas de diversa índole, especialmente si la comida no es de su agrado. Por ello, es importante que estos momentos del día sean presentados como algo divertido y con lo que se pueda disfrutar.
Las opciones para hacer esto posible son muchas, pero una de las más efectivas es conseguir que ellos mismos sean partícipes del proceso de preparación de los alimentos. En visitas de conseguir esto se puede, por ejemplo, comprar horno de leña para en él llevar a cabo la preparación de diferentes comidas y con ello conseguir que el escenario y lo que rodea a las mismas sea más interesante. El comprar un horno de barro es algo que se puede realizar a día de hoy de manera efectiva y muy rápida, por lo que no debe suponer un inconveniente el desconocimiento inicial que se pueda tener sobre la materia. Eso sí, antes de comprar un horno habrá que tener muy claro dónde ubicarlo y si es factible mantenerlo durante el transcurso del tiempo.
En cuanto a las opciones para exprimir al máximo el uso del horno, uno encuentra una variedad tan amplia que va desde la tradicional posibilidad de realizar pizzas –que es uno de los alimentos favoritos de los niños por lo divertido de comer y de su proceso de preparación– hasta alternativas más complejas como la cocción del pan previa preparación de la masa o cualquier otra alternativa que pueda desalterar el interés por la comida de los más pequeños. Ninguna elección es mala sin con ello se consigue que comiencen a apreciar el proceso de la alimentación y vean la comida como una parte atractiva de su rutina.
Dar la importancia necesaria a la dieta
A la hora de hacer que el momento de la alimentación y la dieta sea percibido de mejor forma por parte de los niños y el conjunto de la familia, otro de los aspectos fundamentales que merece la pena tener en cuenta es el de la concienciación a nivel personal.
De nada sirve disponer de los mejores productos o ideas para llevar a cabo las mejores comidas; o preparaciones más sanas si la educación ha sido pobre o deficiente desde un principio en el ámbito alimenticio y de la salud en términos generales.
Más aún en los niños, los hábitos y las conductas han de estar claramente establecidos desde un primer momento; si se quieren conseguir unos determinados resultados.
Es por ello que no solo hay que hacer partícipes a estos del proceso de la alimentación; sino también de cómo esta afecta de manera directa a la salud y de las consecuencias que puede tener a corto, medio y largo plazo una actitud poco consecuente al respecto.
Solo de esta manera uno podrá evitar situaciones en las que un tipo concreto de comida se convierta en el más demandado para combatir, entre otras muchas cosas, situaciones tan problemáticas como la creciente obesidad infantil que tan patente se ha hecho en los últimos tiempos.
