Cambiando algunos hábitos en casa, proponiendo actividades lúdicas e involucrándonos con el ejemplo, lograremos que nuestros hijos respeten naturalmente el medio en el que se mueven y tengan cuidado medioambiental. En este artículo os sugerimos algunas ideas para cuidar el planeta en familia.
Respétate a ti mismo, respeta a los demás, respeta a tu medio. Casi todos los valores que intentamos transmitirles a nuestros hijos se engloban en alguno de esos preceptos porque, en definitiva, si un niño aprende a cuidarse a sí mismo, también lo hará con los demás y con el planeta.
Y aunque hasta hace algunas décadas el cuidado medioambiental era una moda, hoy en día es una obligación moral de todos los que habitamos la Tierra. Nuestros hijos serán una generación que afronte crisis naturales y debemos prepararlos para ello de una manera positiva y proactiva.
Como siempre, el ejemplo es la mejor manera de enseñar. Por ello, incorporando algunas rutinas y juegos en casa y apostando a productos ecológicos en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, podemos lograr que los hijos cuiden, amen y respeten el planeta de una forma lúdica y natural.
Propuestas para cuidar el medioambiente en familiaUtilizar papel ecológico en el baño y en la cocina.
Hasta ahora, muchas familias han incorporado el papel reciclado para sus cuadernos e impresiones. Pero el baño y la cocina siguen siendo el principal escenario donde se deshecha una enorme cantidad de papel y, además, ese papel viene envuelto en plásticos: doble daño ambiental.
Afortunadamente, existe una gran variedad de productos de papel ecológico como papel higiénico, servilletas y manteles, que se fabrican con celulosa natural, se desintegran fácilmente al entrar en contacto con los líquidos y se envasan libres de plásticos
Fabricar compost como parte de la rutina diaria del cuidado medioambiental.
No hace falta disponer de mucho espacio y, a diferencia de lo que muchos creen, no se trata de una actividad que genere malos olores. Cualquier rincón de balcón puede ser apto para incorporar un cajón de listones de madera u otro contenedor donde puedan depositarse los desperdicios orgánicos de una forma productiva.
Es posible ver video tutoriales y que toda la familia participe en la construcción del contenedor y el paso a paso del proceso.
Construir un huerto o invernadero.
Nuevamente: no es necesario tener un amplio terreno para cultivar algunas flores o verduras. Se trata de adaptar el espacio y los recursos disponibles a las especies que podemos cultivar. Para sembrar un par de ajos, por ejemplo, no hace falta más que una maceta.
Si contamos con más espacio, podemos instalar huertos escalonados o incluso tener un pequeño invernadero casero. Cuidar las plantas tiene un efecto muy positivo y tranquilizador para los pequeños.
Prescindir del plástico y el aluminio al envolver meriendas y almuerzos.
Diariamente, los hijos llevan almuerzos y meriendas al colegio o al parque. En este hábito podemos sumar materiales reutilizables para transportar los alimentos, generando menos basura y contaminación.
También es una buena idea reemplazar los tupper de plástico por los de cristal, siempre que queden en casa o sean transportados por adultos, para evitar riesgos de cortes.
Reciclar papel en casa.
Es una actividad lúdica y entretenida para que los niños comprendan que están salvando un árbol. Todo el papel usado que está dando vueltas por la casa, junto a unas tijeras, agua, batidora y telas viejas, puede transformarse en un nuevo papel para pintar o hacer manualidades.
Diseñar botes para reciclaje divertidos.
Los niños están incorporando a tempranas edades que existe un color para cada tipo de basura. Sin embargo, en casa seguimos teniendo solo uno. La idea es tener un mini-centro de clasificación de residuos en casa, y los más pequeños pueden participar decorándolos, poniendo letreros sobre qué debe contener cada uno, pintándolos, etc.
Proponer juegos al aire libre donde la naturaleza sea protagonista.
Cualquier tarde en el parque es una invitación a otro tipo de juegos: unos que alienten el amor por la naturaleza. Búsquedas del tesoro con ramas, piñas y piedras; carreras entre plantas; “adoptar” un árbol; encontrar objetos de la naturaleza y ordenarlos por tamaño, color o forma, etc.
Crear juguetes con material reciclado.
Desafortunadamente, la mayoría de los juguetes para niños están fabricados con plásticos. Aunque no nos demos cuenta, les estamos dando un mensaje: juega un tiempo con esto y permanecerá años contaminando el planeta.
Además de buscar alternativas eco-friendly para sus próximos juguetes, podemos también reciclar o reutilizar los que tienen de plástico y ya no usan o se han roto. También podemos crear nuevos juguetes con materiales reciclados: instrumentos musicales con algunos envases vacíos y garbanzos, guirnaldas con los yogures vacíos, “casitas” con las cajas de cartón, etc.
Visitar un mercado agroecológico en familia.
Esta pequeña excursión puede dar muchas ideas a los más pequeños: el valor del trabajo, el cuidado a la tierra, el respeto a los ciclos naturales sin productos químicos, la importancia de comprar productos frescos en lugar de envasados, etc.
Además, en estos sitios suelen ofrecer otros productos no comestibles que también son ecológicos, como champú y detergente biodegradable y a granel.
Decir adiós a las bolsas de plástico.
Es hora de despedirse definitivamente de las bolsas de plástico y muchas tiendas y políticas públicas se mueven en torno a esta meta. En casa, podemos involucrar a los niños explicando por qué las bolsas de plástico son perjudiciales para la naturaleza, qué daños causan y cuáles son las alternativas.
Siempre podemos guardar una bolsa de tela plegada dentro de sus mochilas por si necesitamos comprar o transportar algo.
En pocas palabras, éstas son solo algunas de las muchas actividades e ideas que podréis encontrar para hacer en familia. En poco tiempo, las acciones se habrán vuelto hábitos que nuestros hijos se llevan como un legado para toda la vida.